martes, 3 de agosto de 2010

Se llama Angustia

Termina el martes y siento que hace meses que empezó esta semana, que será eterna y en la que en ningún momento logro estar tranquila. El martes es otro domingo más. Ya queda tan lejos el fin de semana que tanto esperaste, al pedo, porque terminaste pasandola más o menos (básicamente para el orto) porque hace rato que venís así... La piloteas toooodo el tiempo, hasta cuando estás sola. Y te decís a vos misma: imprimile onda! Una vez más el mandato. Porque ni de esa se zafa y está claro que los automandatos son los peores. Entonces terminás por mandar un mensaje de texto a cualquier hora, cuyo único resultado emocional es el de patético (esto), patética (yo). Y no sólo eso, sino que le metés muchos huevos y te vas de la ciudad el sábado, a una despedida de soltera. ERROR. No está en tu personalidad ponerte a contar tus cuestiones íntimas y personales con personas que apenas conocés, y ni hablar de salir en público con una vinchitica con resortes y dos poronguitas de plástico en la cabeza, porque no hay que ser ortiva ni mala onda. De pronto, son las 6 de la mañana. No estás en pedo porque tu psiquismo está tan trastornado que el alcohol ya ni siquiera logra ese efecto tan preciado - en algunos momentos - de "uh! se me apagó la tele". Entonces, 6 am, y te escontrás mirándote desde arriba, pensando : qué carajo hago acá?, escuchando como personas mayores que una se pelean como si fuesen niñas, y la angustia te sobrepasa y en lo único en lo que pensás es en el mensaje que escribiste a cualquier hora la noche anterior y cuya respuesta nunca llegó. Entonces me acuesto, no duermo nada (porque se ve que es la onda del mes de agosto) y vuelvo a Córdoba rota, de lo mal que me siento anímicamente. Paso el domingo en familia, ansiando estar sola en mi casa, para llegar, y que me invada la soledad que tanto anhelaba y veo 2 cosas: una, el desastre que no tengo ganas de acomodar y, segunda, un mensaje. Leo, contesto, no obtengo más respuesta. Pero oh caramba, tengo otro más: el del extra de la vida que conociste y te rompió tanto los huevos que le terminás dando tu teléfono para que NO te escriba y cuando te das por salvada, un mes después, ahí está el mensaje. Que por supuesto contestás porque es domingo, te sentís para la mierda y sola... Resultado (obvio) NO CONTESTA MÁS! Entonces, todos los reproches y las puteadas y te vas a dormir indignada porque encima es domingo, invierno, hace un frío de re cagarse y vos lo úncio que querés es que alguien se digne a darte un abrazo. Cuando termina la agonía del fin de semana, el lunes, volvés más rota que nunca y te llama él, aquel que esperás desde el sábado.. y viene a tu casa, y charlan y se divierten y cuando uno pensaría que está todo bien, cuando te empezás a relajar, no te viene una sonrisa, sino que explota el llanto, con toda la angustia, y se va todo a la mierda, de nuevo. Porque la conclusión de todo esto es que sigue siendo lo mismo de siempre. Se trata en definitiva de la inadaptación e imposibilidad (real o no) para poder ser en el mundo con alguien. Entonces terminás más rota aún, por más que pensabas que no era posible, y hecha una sola lágrima, y sin poder pegar un ojo. Y suena el despertador y me impongo ser divina porque tengo que ir a trabajar. Y me pongo cucharitas de té congeladas en los ojos a ver si de esa manera se me deshinchan un poco. Y voy a trabajar, y recorro la ciudad, y me banco las pelotudeces más pelotudas del planeta. Y el nudo y la angustia están ahí, firmes. Creo que es lo único certero. Va a pasar mucho tiempo antes de que me dejen. Bah, yo debería dejarlos a ellos.. no? Y vuelvo a casa, triste, y pienso: mañana miércoles va a ser igual. Y sigo sin poder dormir. Y sigo sin poder pensar algo lindo. Porque así es la angustia (sí, tiene nombre y se llama ANGUSTIA). Y me siento desesperanzada, y sin fuerzas. Vulnerable. Pero todo contenido, no vaya a ser que alguien se dé cuenta de lo mal que ando. Así que mañana, como todos los días, regia por fuera, rota por dentro. Extraño la anestesia. Era más fácil, no sentir.

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